
Recuerdo que cuando llegué a aquella cafetería vi a dos chicos sentados juntos, más pegados que los bailarines de la canción de Sergio Dalma. Sobre sus piernas tenían un fular/pañuelo/bufanda/pasmina manoseado por 40 dedos que quizá evitaban tocarse o quizá se rozaban a propósito.
Yo había oído hablar de Chiqui, Parisiño, David, Juanjo, Borja, Adrián… pero no terminaba de aclararme. Pensaba que jamás iba a distinguir el nombre de cada uno de los integrantes de la “peque-pandilla” de Juanan.
Al vernos sonreísteis. “Estamos quitando los hilos estos de plata que no me gustan”. Y levantasteis el pañuelo a la vez como excusando la imagen que ofrecíais de abuelas tejedoras de bufandas.
Reconozco que tuve que preguntar a Juanan varias veces a escondidas quién era cada uno…
Ahora ya me queda claro que el de perilla eres tú, David.
Feliz vigésimo cuarto cumpleaños.
Un abrazo desde el norte.